martes, 10 de febrero de 2009

La Estela Vial ha iniciado su andadura por los centros educativos.


A lo largo de la mañana hemos visto como Arancha, Carlos, Elio, Marina, Nuria, Brian, Ana, Diego, Laura y Emilio jugaban con la Estela Vial. La mayoría coincidió en señalar que las actividades más interesantes eran las relacionadas con la mímica.
Han prometido remitirnos una nota sobre lo que les ha parecido el juego, en cuanto la tengamos procederemos a publicarla.
Desde aquí queremos dar las gracias a la dirección del Colegio Fernando Arce y muy especialmente a las/os profesores Elsa, Ana y a Raúl por todo el apoyo prestado.
Podéis ver un montón de fotos y comentarios a través del blog http://ixjornadasestatalesfetevi.blogspot.com/

miércoles, 4 de febrero de 2009

EDUCACION VIAL. PERSPECTIVA DE UNA MAESTRA

Hace años decidí que quería ser maestra. Me gustaba esa palabra. Pero a medida que pasaba los cursos en Magisterio había una palabra que me rondaba la cabeza ¿Qué tipo de persona debemos formar los maestros?
Lo que está claro es que cuando los niños acuden a los centros educativos, los maestros los vemos como una persona en crecimiento y en una etapa de formación, lo que implica ser sujeto con la ayuda de otras personas, entre las cuales nos encontramos.
Enseñamos con la intención de ayudar al desarrollo integral del niño, ya que lo consideramos un ser total; para que forme ciertos valores que le permitan interactuar adecuadamente en la sociedad. Siendo además el niño en relación a sus posibilidades, un ser que aporta en el proceso de desarrollo; de enseñar y aprender de las demás personas que interactúan con él, en un proceso de intercambio, apoyo y ayuda bilateral.
Pero, ¿tenemos que ser sólo los maestros los que enseñemos? Yo creo que no. La comunidad educativa puede y debe ser muy amplia. Un profesional de la educación debe manejar el soporte de conocimientos que son básicos para el desempeño de la función de enseñar y aprender. Al mismo tiempo debe ser capaz de tomar decisiones autónomas, con independencia, libertad y responsabilidad; tolerar opiniones y modos de actuar diferentes, valorar las inquietudes y los esfuerzos de cambio, generar experiencias de aprendizaje significativas y creadoras, respetar la sensibilidad e individualidad evitando imponer ideas o formas de pensamiento.
Y en base a todo eso ¿Quiénes pueden ser los profesionales de la educación?, todos aquellos que quieran enseñar y tengan algo que enseñar, entre los que se encuentran los bien llamados educadores viales.
¿Educadores viales? ¿Educación vial? ¿Cómo metemos eso en el curriculum? ¡Eso es cosa de los policías, de las autoescuelas!. ¡CUÁNTAS VECES HABREMOS OÍDO ESTO EN LOS COLEGIOS, ENTRE LOS DOCENTES!. ¡YA ES HORA DE CAMBIAR!
Personalmente siempre me he definido como una maestra de 24 horas. Accesible a alumnos y sus familias. Que no he limitado la docencia a las horas de colegio. Que ha defendido una metodología funcional y significativa en todos los ámbitos educativos que pudiesen incidir en el desarrollo integral de mis alumnos, y la educación vial es uno de ellos.
¿Pero qué enseñarles?
Creo que es necesario tener en cuenta aquellos aspectos que son demandas reales de los niños y jóvenes desde su lógica y desde su realidad social en la que están inmersos. Además creo que al trabajar contenidos específicos estamos iniciando el desarrollo de las competencias en educación vial en la escuela: comprender los procesos comunicacionales, sociales, tecnológicos y ecológicos; pensar estratégicamente, planificar y responder creativamente a demandas cambiantes; identificar, definir, y resolver problemas al mismo tiempo que formular alternativas, soluciones y evaluar resultados; comprender la información; dominar las habilidades requeridas para la conducción, el trabajo en equipo y la acción colectiva; organizar y planificar la propia formación permanente y sostener una predisposición para adaptarse a los cambios continuos
La educación implica un aprendizaje. Hay que saber y comportarse bien. Esto es lo que se pretende en nuestra enseñanza. Hasta que no se alcanza esto no hay verdadero aprendizaje, todos lo demás son factores que facilitan, predisponen y pueden contribuir en mayor o menor grado al éxito. Hasta que los nuevos conocimientos se convierten en algo habitual, superando la momentánea memoria de algo que pronto se olvida o en un comportamiento simulado ante el profesor de la escuela o el examinador, hasta que no se han hecho algo suyo, espontáneo, connatural, no se logra el objetivo de la educación.
La Educación Vial no debe entenderse únicamente como el mero aprendizaje de un repertorio de normas y señales de circulación ni de un catálogo de reglas de cortesía y urbanidad. Debe ser algo más. Debe ir encaminada, además, a la enseñanza y el aprendizaje y adquisición de unos hábitos de comportamiento que modifiquen y centren actitudes frente al hecho del tráfico como fenómeno social y de riesgo y a mantener con los demás usuarios unas relaciones de convivencia ordenada, solidaria, responsable y de respeto mutuo acordes con la sociedad en que vivimos.
La tarea de los padres es imprescindible para el logro de los fines educativos. En primer lugar, como educadores de base creando hábitos y actitudes. En segundo lugar, actuando como motivadores del comportamiento de sus hijos en base a su propio comportamiento vial correcto y adecuado, pues no hay que olvidar que los padres son modelo de comportamiento para sus hijos y éstos aprenden y hacen lo que ven. Si los padres cumplen y respetan las normas y señales de circulación, los hijos tendrán una buena base sobre que apoyarse. Por el contrario, un mal ejemplo, un comportamiento no acorde con dichas normas y señales, conllevará una conducta, un hábito, difícil de modificar. En tercer lugar, apoyando la acción educativa que en el colegio, en la escuela, llevan a cabo los maestros.
Pero como colaboradores del profesorado encargado de impartir la educación vial, no hay que olvidar a las Policías Locales. En primer lugar, con ocasión de vigilar y velar por la seguridad de los niños a la entrada y salida de los Centros Escolares. En segundo lugar, apoyando la tarea de los profesores en los colegios o impartiendo clases en los Parques Infantiles de Tráfico. En tercer lugar en la calle, donde la Policía está en permanente contacto con el ciudadano. La calle puede ser considerada como un lugar de formación, aprendizaje, puesta en práctica y reciclaje permanente de los conocimientos en materia de educación vial, el lugar idóneo donde la Policía Local, ejerciendo sus funciones de vigilancia, prevención y corrección de comportamientos inadecuados, puede desempeñar una extraordinaria labor en beneficio de la seguridad vial.
Sólo me resta decir que en APEMEV he encontrado a un grupo de gente encantadora, motivada con los temas que estamos tratando y en la medida que pueda aportaré mi granito de arena como maestra a una causa común a todos los miembros de esta asociación: LA EDUCACIÓN VIAL
FDO.- Ana Mª Riaño Galán