viernes, 11 de enero de 2013

Entrevista con: Aquilino, "El Vigilante Vial"

Son las 09.40h de una fresca mañana de finales del otoño, en la que como viejos conocidos de la niñez comenzamos con naturalidad hablando del pasado.
Nombre: Aquilino García González, natural de Torrelavega de 44 años de edad, casado con una peque de 8 años. Un hombre curtido que ha desempeñado diversos trabajos a lo largo de su vida, camarero, carpintero, encofrador, etc. su último trabajo le llevó a cabo en una empresa de fundición donde tuvo un accidente laboral que le obligó a pensionarse. Podríamos decir que ha sido, y es, un superviviente nato.
Poco a poco y aprovechando que acababa de regular el tráfico en el acceso al colegio me señala: "Entre los conductores no hay diferencias, hacen todos lo mismo; sólo les molesta que eso que ellos hacen, lo hagan también los demás". También destaca que "Se nota la gente que va a trabajar es la que más prisa tiene".
Entre las conductas que más le han llamado la atención destaca a personas que acaban de dejar el niño y se quedan paradas en el centro de la calzada hablando por teléfono móvil.
Al preguntarle acerca de sus primeras impresiones realizando funciones como Vigilante Vial confiesa que pensaba que iba a ser mucho peor En general la gente se comporta correctamente, aunque siempre hay alguien que actúa de forma desafortunada.


Aunque pensamos que las circunstancias climatológicas adversas, especialmente la lluvia daba lugar a mayores atascos e incrementaba las situaciones de riesgo para el alumnado en las inmediaciones del colegio, Aquilino refiere que el tráfico mejora “cuando hace mal tiempo las familias llegan de forma más escalonada, comenzando a llegar primero”.
Entre las funciones de Aquilino está también impedir los menores salgan del colegio sin estar acompañados de un adulto, con excepción de aquellos que tienen una autorización  firmada por sus familias, lo cual refuerza su función de proporcionar seguridad en el colegio.
En los tres meses que han transcurrido desde el comienzo del curso ha ido conociendo poco a poco a los escolares y a sus familias, esta convivencia diaria incrementa su  complicidad con las familias que van recompensando su esfuerzo con palabras de cortesía “buenos días”, “muchas gracias” o con gestos de agradecimiento, como una sonrisa, etc.

Los mayores problemas los sufren quienes viven cerca del centro y que a las horas punta, como son las entradas y salidas, ven demorado el acceso a sus domicilios y además su zona de residencia llena de vehículos estacionados por todas partes “Hay tratar de  ponerse en su lugar y entenderles”.
Otro factor que dificulta los desplazamientos es la falta de luminosidad, aunque esta mejoró mucho con el cambio horario de finales de octubre.
La velocidad a la que circulan los vehículos aparentemente no es la adecuada, circulándose muy deprisa. Se deberían colocar bandas para obligar a los vehículos a circular más despacio frente a la puerta del colegio.
Aquilino demuestra en nuestra entrevista ser un hombre paciente, virtud que sin duda le ayudará a llevar su labor a cabo con el respaldo del colegio y del AMPA.
Juan Manuel Sánchez Arias.
APEMEV CANTABRIA.