La propuesta del concurso consistía en dar continuación al siguiente relato:
Estás
en una fiesta pasándolo genial, a la hora de volver a casa una amiga te dice
que te lleva en moto, como no tiene casco para dejarte rechazas
la invitación. Sin embargo tu mejor amiga acepta y se va en la moto. Al día
siguiente te enteras de que han tenido un accidente y que tu amiga se golpeó en
la cabeza no habiendo recuperado aún el conocimiento.
Imagínate
que pudieses dar marcha atrás en el tiempo ¿Qué habrías hecho para que todo
hubiese sido diferente?.
A continuación adjuntamos el trabajo que más votos obtuvo.
El
destino no se debe cambiar:
Hace una semana tuve un sueño
algo extraño, pero aunque sé que fue un sueño le he tenido muy presente durante
estos días. Consistía en que una compañera de clase, Lucía, nos invitaba
a una fiesta de sus dulces 16, donde ocurrió algo que no es agradable de
recordar. Mi mejor amiga fallecía debido a un grave accidente de moto, por no
llevar el casco y aunque no salió en el sueño supongo que el alcohol también
tuvo algo que ver…
Pero lo que más me extrañó es que
Lucía nos invitó a su fiesta de cumpleaños 2 meses antes de
cumplirlos.
Llego ese día que todo el mundo
esperaba, todos menos yo (no me atrevía decírselo a nadie porque seguramente
todo sería una pájara mental mía)
Lucía había organizado la fiesta
de cumpleaños tal y como en el sueño aparecía, con un montón de camareros, una
gran pista de baile, música muy alta y sobre todo mucho mucho alcohol; esto de
tantas semejanzas me asusto un poco la verdad.
Yo no quería tomar nada, ni
bailar, estaba muy preocupada. Cada vez que pasaba el tiempo me daba cuenta de
que eso no podía acabar bien, sólo se veía a gente tirada por los suelos y a
otros tantos bailando bajo los efectos del alcohol. Intente llevarme a mi amiga
varias veces pero ella no tenía ninguna intención de quererse ir (era un de
esas personas que bailaba sin parar bajo los efectos del alcohol). Hasta
que finalmente la cogí del brazo y la saqué a arrastras de ese lugar. En lo que
tardé en levantar y bajar la mano para pedir el taxi volví a perder a mi amiga,
finalmente la encontré en medio de la carretera como si de repente se la
hubiera quitado la borrachera y se acabara de levantar, a punto de ser
atropella por un camión. No sé lo que me pasó, no sé si fue un impulso o el
cariño que tenía hacia mi amiga, lo que me empujo a quitarla y ponerme yo
bajo ese gran camión rojo.
Todavía me acuerdo de ese
día como si fuera ayer y ha pasado nada más y nada menos que dos años. Dos años
dormidos en esa misma cama del hospital.
Lo más triste de todo es que a
veces me pregunto si fue una buena idea eso de cambiar mi vida por la de mi
amiga, que en esos dos años no ha aparecido ni una sola vez…
Debe de ser verdad eso que dicen
que el destino no se debe cambiar.
Natalia Calvo Pajares
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