sábado, 22 de diciembre de 2012

Concurso de relato breve. MOSSS


La propuesta del concurso consistía en dar continuación al siguiente relato:  
Estás en una fiesta pasándolo genial, a la hora de volver a casa una amiga te dice que te lleva en moto, como no tiene casco para dejarte rechazas la invitación. Sin embargo tu mejor amiga acepta y se va en la moto. Al día siguiente te enteras de que han tenido un accidente y que tu amiga se golpeó en la cabeza no habiendo recuperado aún el conocimiento.
Imagínate que pudieses dar marcha atrás en el tiempo ¿Qué habrías hecho para que todo hubiese sido diferente?.

A continuación adjuntamos el trabajo que más votos obtuvo. 


El destino no se debe cambiar:
Hace una semana tuve un sueño algo extraño, pero aunque sé que fue un sueño le he tenido muy presente durante estos días. Consistía en que una compañera de clase, Lucía,  nos invitaba a una fiesta de sus dulces 16, donde ocurrió algo que no es agradable de recordar. Mi mejor amiga fallecía debido a un grave accidente de moto, por no llevar el casco y aunque no salió en el sueño supongo que el alcohol también tuvo algo que ver…
Pero lo que más me extrañó es que Lucía  nos invitó a su fiesta de cumpleaños  2 meses antes de cumplirlos.
Llego ese día que todo el mundo esperaba, todos menos yo (no me atrevía decírselo a nadie porque seguramente todo sería una pájara mental mía)
Lucía había organizado la fiesta de cumpleaños tal y como en el sueño aparecía, con un montón de camareros, una gran pista de baile, música muy alta y sobre todo mucho mucho alcohol; esto de tantas semejanzas me asusto un poco la verdad.
Yo no quería tomar nada, ni bailar, estaba muy preocupada. Cada vez que pasaba el tiempo me daba cuenta de que eso no podía acabar bien, sólo se veía a gente tirada por los suelos y a otros tantos bailando bajo los efectos del alcohol. Intente llevarme a mi amiga varias veces pero ella no tenía ninguna intención de quererse ir (era un de esas personas que bailaba sin parar bajo los  efectos del alcohol). Hasta que finalmente la cogí del brazo y la saqué a arrastras de ese lugar. En lo que tardé en levantar y bajar la mano para pedir el taxi volví a perder a mi amiga, finalmente la encontré en medio de la carretera como si de repente se la hubiera quitado la borrachera y se acabara de levantar, a punto de ser atropella por un camión. No sé lo que me pasó, no sé si fue un impulso o el cariño que tenía hacia  mi amiga, lo que me empujo a quitarla y ponerme yo bajo ese gran camión rojo.
Todavía me acuerdo de ese día como si fuera ayer y ha pasado nada más y nada menos que dos años. Dos años dormidos en esa misma cama del hospital.
Lo más triste de todo es que a veces me pregunto si fue una buena idea eso de cambiar mi vida por la de mi amiga, que en esos dos años no ha aparecido ni una sola vez…
Debe de ser verdad eso que dicen que el destino no se debe cambiar.
Natalia Calvo Pajares

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